• Dos valores que se viven a cada rato en el Camino: amor y amistad


  • Las circunstancias del Camino permiten que las personas conecten más y mejor


  • Caminar es un momento excelente para mostrarte tal cual eres


Conocemos historias preciosas de personas que se encuentran en el Camino y que conectan a niveles impresionantes. Algunos deciden acompañarse solo durante las dos semanas aproximadas de su caminar. Otros emprenden juntos nuevos Caminos con una duración desconocida.


Te compartimos la historia de dos personas que fueron al Camino por razones muy distintas, sin saber que encontrarían algo que ni sospechaban que estaban buscando.


Historias de amor y amistad en el Camino de Santiago


Ady era maestra de preparatoria en México. Amaba su vida, le apasionaba lo que hacía, y estaba buscando la forma de irse como tutora a China por una temporada. El proceso era muy complicado y, día tras día, le solicitaban más información para poder ir.


A pesar de tener una vida tranquila y feliz, sentía que le faltaba algo. Un día se levantó y, sin más, decidió detener el proceso para irse a China. Quería ir al Camino de Santiago. Lo pensó en mayo y en junio ya estaba en el avión rumbo a España.


En la preparatoria en la que trabajaba la apoyaron con una semana extra de vacaciones para que pudiera cumplir su cometido. No sabía a ciencia cierta por qué el Camino. Lo que sí sabía es que lo deseaba y lo necesitaba.


A muchos kilómetros de distancia, Nicolas emprendía la aventura de estudiar algo que le apasionaba: efectos especiales para cine. Antes de esa decisión tan importante, había dedicado buenos años de su vida a ser contador. Llevaba un tiempo queriendo hacer el Camino.


En junio de 2014 empezaron a recorrerlo. Cada uno por su lado y sin sospechar que se conocerían.


En el segundo día del Camino de ella y cuarto de él, empezó su historia.


Ady comenzó su caminar en Pamplona, y Nicolas en Saint Jean Pied de Port. Él iba con un amigo y la conversación animada no les faltaba. Por otra parte, Ady tenía la intención de ir en silencio.


Esa mañana ella iba rezando el rosario. Decidió detener su oración porque, atrás de ella, dos Peregrinos hablaban mucho. Bajó el paso y otras personas llegaron a saludarla. Eran Nicolas y su amigo.


A esa altura Ady había identificado que había cinco preguntas básicas que la mayoría de los Peregrinos hacía. Luego de ellas, y después de un “Buen Camino, Peregrino”, cada uno seguía su camino.


Pero ese día fue diferente. Los tres se quedaron hablando por horas y llegaron juntos hasta su destino.


Ady hizo dos grupos diferentes de amigos y con ambos la dinámica fue la misma. Comenzaban la jornada juntos, y luego cada quien caminaba a su paso. Se encontraban en el final de la etapa y compartían la cena, las risas, las experiencias del día, y la docena de pláticas. En el Camino hizo amigos de por vida.


Ady se percató de que el Camino poseía un enorme encanto. No se trataba de en qué trabajabas, qué hacías o cuál era tu apellido. En el Camino tuvo la posibilidad de mostrarse como ella es y de hablar con la mayor sinceridad.


Nicolas la conoció con un solo par de pantalones y, a lo mucho, tres playeras. Fue más que suficiente, porque la ropa no es lo importante cuando se trata de enamorarse.


Ninguno de los dos esperaba conocer al amor de su vida en el Camino. Y así fue. Un año y medio después de haber llegado a Santiago de Compostela se casaron y hoy son los orgullosos y felices padres de Marie. En un par de años más quieren emprender otro Camino, ahora en familia.




¿Qué factores del Camino de Santiago conectan a las personas?


Según la experiencia de Ady, y confirmada por la historia de muchos Peregrinos más, los factores que propician una mejor conexión en el Camino son:


  • Ir a tu ritmo:


Ni se trata de correr para alcanzar a los otros, ni de ir lento para no dejarlos atrás. En el Camino cada uno descubre su ritmo ideal.


  • La razón por la que estás ahí:


Tú no buscas el Camino, el Camino te busca a ti. Las razones que pueden llevarte hasta Santiago son muchísimas, pero todas tienen que ver con la necesidad de encontrarte, de darte cuenta de dónde estás y hacia donde quieres ir.


El Camino es un parteaguas en la vida de cualquier Peregrino. Te permite empezar de nuevo.


  • Mostrarte como eres:


Sin maquillaje, capas o filtros. El Camino te muestra con todos tus colores y virtudes.


  • Es un Camino espiritual:


En el Camino se vive una búsqueda personal que se comparte con los demás Peregrinos a la hora de la cena. En estos momentos de unión Ady, Nicolas y los demás amigos pudieron abrirse para hablar con el corazón en la mano.


Conocerte vale la pena.


La mejor manera de explicar por qué las personas conectan tanto en el Camino es porque se conocen en crudo, al rojo vivo, al cien.


“Lo único que traes es una mochila con un par de cosas, pero con muchos sentimientos”

Ady


Ady recomienda hacer el Camino por sus miles de lecciones y aprendizajes. Ella dice que, si te llama, tienes que hacerlo, porque algo muy grande te espera.


No lo dudamos. La serie de eventos bonitos que ocurrieron en su vida y en la de Nicolas nos lo demuestra.


El amor y la amistad se viven en el Camino. Desde los Peregrinos desconocidos que se convierten en mejores amigos, hasta la solidaridad de los dueños de bares y albergues que te reciben con una sonrisa.


Si bien el día de San Valentín es el día por excelencia para pensar en el amor, sabemos que debemos agradecerlo y vivirlo todo el año.


Te invitamos a conocer nuestros Caminos para que tú también descubras esta experiencia llena de retos y aventuras. Solo da clic aquí. Te ayudamos a planear cada día.


Atrévete a vivir el amor del Camino.


¡Buen Camino, Peregrino!