El Camino de Santiago es una de las peregrinaciones más famosas del mundo, un sendero que se extiende a lo largo de España, con múltiples rutas que convergen en Santiago de Compostela.
Este viaje es una experiencia única en la que los peregrinos caminan cientos de kilómetros a través de hermosos paisajes, enfrentando desafíos físicos y emocionales, y conectando con su lado más espiritual.
Durante esta travesía, el cuerpo experimenta una serie de situaciones físicas y emocionales fuera de lo común. Cada paso en el Camino se convierte en una metáfora de la vida misma.
Caminando y ejercitándonos, ¿qué pasa con nuestros cuerpos durante el recorrido?
Cuando comienzas el Camino de Santiago, los primeros kilómetros se llenan de emoción y determinación. Tu cuerpo se adapta gradualmente a la rutina de caminar largas distancias. Los músculos se calientan y las articulaciones se mueven con fluidez. La mente está llena de expectativas y el corazón late fuerte mientras exploras un nuevo territorio.
También sientes el peso de tu mochila, lo que te recuerda la importancia de llevar solo lo esencial en la vida.
¿Qué ocurre al interior de nuestro cuerpo durante una caminata?
Las caminatas son un gran ejercicio. ¡Y el más natural! Estamos completamente equipados para caminar. Al hacerlo movemos casi todos nuestros músculos y huesos.
Según el investigador costarricense Rodrigo Molina Zúñiga, necesitas caminar con un ritmo cardiaco de 140 latidos para que se considere ejercicio físico. Al alcanzar esa frecuencia, esto pasa en tu cuerpo:
- Tonificas tus músculos
- Entra y sale mejor el aire de los pulmones
- Previenes enfermedades respiratorias y del corazón
- Eliminas grasa corporal
- La sangre se mueve mejor dentro de tu cuerpo
- El número de glóbulos rojos aumenta en un 98%, es decir, más y mejor oxígeno para tu cuerpo
- Aparte, mejora la función inmunológica
Luego de una prolongada y cuidada caminata, como en el Camino de Santiago, te sentirás muy bien porque habrás concluido tu etapa y conseguido tu meta diaria, se elevarán los niveles de dopamina en tu cuerpo, y te sentirás fortalecido.
¿Cuántas calorías quemas al día en el Camino de Santiago?
En tu día a día, entre más camines, mejor te sentirás. Se estima que por cada 10 kilómetros caminados se queman de 500 a 600 calorías, dependiendo del ritmo de tus pasos.
Por esto mismo disfrutarás con más gusto tus comidas y cenas. ¡Cada músculo de tu cuerpo se lo merece!
Por otra parte, es muy diferente comer y quedarte sentado a comer y seguir caminando. En el Camino de Santiago notarás fuertes cambios en tu cuerpo provocados por la dieta, el ejercicio, tu mentalidad y horario. Todos son muy positivos y forman parte de la magia del Camino.
¿Qué pasa luego de varios días de caminata?
En el Camino de Santiago se caminan mínimo 5 días. No hay un máximo, pero si quisieras hacer el Camino Francés completo es alrededor de 40 días.
Luego de varios días caminando, ya sea una semana o seis, hay varios cambios:
- Se vuelve parte de tu rutina
- Detectas fases dentro de tu caminar: el calentamiento, el flow, la fatiga, el descanso, el enfriamiento
- Las ampollas y molestias vienen y van
- 20 kilómetros te parecen poco
- Tus músculos se fortalecen
Al adoptar la caminata como un estilo de vida, aunque solo sea por una temporada, obtienes importantes lecciones de vida.
La fatiga es una de ellas. Comprendes que se mantiene como una compañera constante, algo con lo que tienes que aprender a lidiar. Descubres que, luego de unas horas de sentirte cansado, tu cuerpo continúa con su ritmo en automático y obtienes una claridad increíble. Se logra entonces la conexión entre cuerpo y la mente.
¿Nuestro cerebro también se ejercita?
¡Claro! Podemos ejercitar nuestro cerebro con pensamiento, pero también con ejercicio. Al caminar y como respuesta a múltiples sensaciones, el cerebro puede llegar a producir dopamina, serotonina y endorfina, sustancias que se encargan de mantenernos alegres.
El ejercicio provoca también la reducción de la percepción del dolor. Suena mágico, pero hay un punto en el Camino que incluso dejas de sentir tu mochila o el dolor del cuerpo.
Una vez que el cuerpo está acostumbrado a la caminata, que nos sentimos alegres, y que nos acostumbramos a la fatiga, entramos a un estado conocido como flow. Este concepto se refiere a hacer algo con cierto grado de maestría y uno más elevado de seguridad.
Cuando entramos en flow, caminar es nuestra segunda naturaleza.
Aprovechamos las ventajas del ejercicio y ponemos nuestra mente en sintonía con la naturaleza, agradecemos a la vida por estar ahí y alcanzamos momentos de reflexión. Lo entendemos como meditación natural, estamos presentes en el ahí y el ahora.
¿Qué tal? ¿Suena como a una experiencia que necesitas? ¿te gusta la idea de convertirte en Peregrino y lograr conectar tu cuerpo con tu mente?
Cada paso es un recordatorio de que el viaje es tan importante como el destino, y que cuerpo y alma están interconectados en la búsqueda de significado y propósito.
Nuestro propósito es acompañarte hasta Santiago, mientras tú disfrutas de tu ejercicio, aclaras tus pensamientos, y te redescubres día a día.
¡Contigo hasta Santiago! Mándanos un mensaje con el siguiente botón para que empecemos a planear tu Camino.
Lo organizamos en la fecha que tú quieras, con la cantidad de Peregrinos que necesites y según tus expectativas. Podemos planearlo para que sea un recorrido más espiritual, más cultural o más deportivo. ¡Tú decides!